introducción
Cuando hablamos de sistemas de comunicación, por lo general nos enfocamos en el lenguaje verbal, estudiando e interpretando diversos mensajes lingüísticos en toda su complejidad. Pero también debemos tener en cuenta que dichos mensajes no representan la única manera de comunicar, sino que están interrelacionados con otros lenguajes, llamados no verbales.
Entre estos, el cine, la fotografía y las obras plásticas son capaces de transmitir mensajes de igual o mayor complejidad que la palabra. A veces sus mensajes son inequívocos (como el caso de la fotografía publicitaria, por ejemplo) y en otras oportunidades, su objetivo es operar en muchos niveles de significado, multiplicando los sentidos, confundiéndonos y haciendo que nos cuestionemos –por ejemplo– el verdadero lugar de la imagen en nuestra sociedad actual. Por esto, nos enfocaremos en las aplicaciones y sentidos de la imagen como lenguaje no verbal.
El lenguaje plástico: la infancia y el arte rupestre
Antes de desarrollar nuestras competencias lingüísticas, nuestra manera de expresar nuestra interpretación del mundo se hace a través del lenguaje plástico, lo que constituye el primer puente entre el mundo exterior y el interior. De manera inconsciente, a través del lenguaje plástico creamos símbolos para interpretar, comprender y expresar. Una vez que comenzamos a hablar y sobre todo cuando aprendemos a escribir, las habilidades plásticas pasan a un segundo plano y es muy probable que, debido a la falta de práctica, olvidemos por completo cómo dibujar y, con ello, la importancia simbólica que tuvo en nuestra primera infancia.
Cuando hablamos de sistemas de comunicación, por lo general nos enfocamos en el lenguaje verbal, estudiando e interpretando diversos mensajes lingüísticos en toda su complejidad. Pero también debemos tener en cuenta que dichos mensajes no representan la única manera de comunicar, sino que están interrelacionados con otros lenguajes, llamados no verbales.
Entre estos, el cine, la fotografía y las obras plásticas son capaces de transmitir mensajes de igual o mayor complejidad que la palabra. A veces sus mensajes son inequívocos (como el caso de la fotografía publicitaria, por ejemplo) y en otras oportunidades, su objetivo es operar en muchos niveles de significado, multiplicando los sentidos, confundiéndonos y haciendo que nos cuestionemos –por ejemplo– el verdadero lugar de la imagen en nuestra sociedad actual. Por esto, nos enfocaremos en las aplicaciones y sentidos de la imagen como lenguaje no verbal.
El lenguaje plástico: la infancia y el arte rupestre
Antes de desarrollar nuestras competencias lingüísticas, nuestra manera de expresar nuestra interpretación del mundo se hace a través del lenguaje plástico, lo que constituye el primer puente entre el mundo exterior y el interior. De manera inconsciente, a través del lenguaje plástico creamos símbolos para interpretar, comprender y expresar. Una vez que comenzamos a hablar y sobre todo cuando aprendemos a escribir, las habilidades plásticas pasan a un segundo plano y es muy probable que, debido a la falta de práctica, olvidemos por completo cómo dibujar y, con ello, la importancia simbólica que tuvo en nuestra primera infancia.
El arte rupestre
Podríamos afirmar sin duda, que hay una profunda conexión entre el arte infantil y las expresiones plásticas de los primeros hombres. A través de los símbolos, estos hombres representaban su realidad cotidiana, sus creencias y sus valores, creando formas con el propósito último de trascender, es decir, hacer que su legado se perpetuara en las generaciones venideras. Esta noción de “futuro”, tiene mucho que ver con lo simbólico, ya que el ser humano entra a dicho mundo cuando comienza a pensar en otras dimensiones espacio temporales distintas al “aquí y ahora”.
A través del lenguaje plástico, el hombre comprende que existen otros tipos de tiempo “sagrado”, tales como el tiempo de los dioses.
Por su parte, las pinturas rupestres, que fueron hechas hace miles de años, tuvieron múltiples finalidades; podían cumplir una función mágico-ritual relacionada con la caza y la subsistencia de la comunidad, mientras que los chamanes plasmaban las imágenes de los dioses y los ritos.
La fotografía
La fotografía nace como medio de representar tanto el ideal del pensamiento romántico —a través delretrato, por ejemplo, el sujeto demostraba su identidad individual— como el afán positivista porclasificar —mediante fotografías de objetos, de tipos de rostro, de animales y plantas, como forma de crear un sistema clasificatorio o taxonomía. Desde su comienzo, se muestra como una disciplina sumamente compleja: nace en medio del afán industrial del siglo XIX para luego ser parte fundamental de las vanguardias artísticas y su revolución estética, a principios del siglo XX.
A través del retrato fotográfico, es posible observar gestos y posturas que en la cotidianidad pasan desapercibidos. Esto último quiere decir que el cuerpo se hace invisible en nuestra percepción cotidiana y la fotografía, de alguna manera, reubica al cuerpo en nuestra percepción, haciendo que este aparezca en toda su densidad. El rostro es uno de los centros de atención en una fotografía y en este, prima la mirada, ya que constituye uno de los elementos con mayor poder simbólico.
En esta imagen, lo primero que llama la atención es la mirada del sujeto retratado, sus ojos hundidos que transmiten una resignada melancolía. Su rostro se encuentra surcado por arrugas, como si fuesen caminos sobre un desierto. Su boca esboza una especie de sonrisa o quizá es una mueca de cansancio. Podríamos decir que el tema es el paso del tiempo sobre el rostro humano, que se carga de dramatismo y de una singular dignidad.
El lenguaje cinematográfico
Desde sus inicios a fines del siglo XIX, el lenguaje cinematográfico ha tenido una rápida evolución, penetrando en diversos ámbitos de nuestra realidad. Sin ir más lejos, antes de desarrollar su propio lenguaje, la televisión toma prestados diversos elementos del cine, lo que hace que un público masivo comience a manejar ciertos códigos visuales de manera inconsciente. Hoy en día vivimos inmersos en el lenguaje audiovisual y sin darnos cuenta, comprendemos y elaboramos mensajes de acuerdo a sus reglas.
El cine utiliza diversas maneras de expresar las medidas de tiempo y espacio:
Comenzando desde la unidad mayor a la menor, una secuencia es una unidad narrativa amplia, un bloque de acción desde su inicio a su fin. Esta se encuentra compuesta por escenas, que son un conjunto de planos unidos de acuerdo a un criterio. Por su parte, un plano es un encuadre sobre una acción (la porción de escena que se elige mostrar). Una escena puede tener distintos planos, que ocurren básicamente al cambiar de encuadre (posición de la cámara).
El fuera de campo
Una de las nociones fundamentales del lenguaje cinematográfico corresponde alfuera de campo. Esto quiere decir que, como espectadores, tenemos conciencia de que existe un espacio que rodea a una toma o escena determinada. Por ejemplo, si vemos que un personaje se va por el lado izquierdo de la pantalla, sabemos que no desaparece de aquella realidad sino que simplemente se va a otra parte. Imaginemos esta otra situación: vemos a un personaje de frente, mientras está siendo interrogado por otro personaje, que nunca logramos ver. El segundo personaje está fuera de campo, pero su presencia en la escena es tan (o incluso más) poderosa que la del primer personaje. Este recurso, que se utilizó frecuentemente a partir de la Nueva Ola francesa en los años 60, resume toda la fuerza simbólica del cine, que puede transmitirnos cosas sin siquiera tener la necesidad de mostrarlas.
Influencia del cine en la televisión
Por ejemplo, es muy probable que un noticiero desarrolle una noticia basándose en la estructura narrativa cinematográfica, donde hay un conflicto con protagonistas y antagonistas. Esta manera de elaborar un mensaje pasa desde la literatura al cine y de este a la televisión. Las teleseries, por su parte, toman prestados elementos del teatro francés del siglo XVIII, el cual es el origen del melodrama contemporáneo. Las miradas, los gestos, los movimientos exagerados de los personajes y el abuso de la emoción de la teleserie son elementos heredados de este tipo de teatro, donde abundaba la imagen de la doncella inocente y el malvado antagonista.
Recuerda que...
Lo simbólico tiene una relación muy estrecha con lo sagrado. El hombre primitivo utilizó el lenguaje plástico para representar todo aquello que consideraba misterioso y sagrado construyendo su propio mundo simbólico a través del cual interpretar y configurar una realidad dada. Por ejemplo, para ciertas tribus indígenas de las zonas australes de Sudamérica, cada vez que la luna estaba en fase creciente, significaba que se estaba alimentando de la sangre de seres humanos, por lo que tenían mucho cuidado de salir por la noche cuando la luna estaba creciendo. Para estas culturas, la luna no era solo un satélite de la tierra, sino un ser con voluntad y poderes divinos. En nuestra sociedad actual, la percepción de la luna ha cambiado, sin embargo, los símbolos siguen operando de igual manera, como signos que poseen una fuerza que se ve incrementada cuando se representan a través de imágenes.